El otro día ayudé a la Dra. Gemma Sánchez Espín en una cirugía compleja. Se trataba de un paciente con aneurisma de aorta ascendente e insuficiencia aórtica severa. Su ventrículo izquierdo se había dilatado de forma severa lo que provocaba una insuficiencia mitral también severa. En la coronariografía preoperatoria se evidenció la existencia de enfermedad coronaria en la arteria descendente anterior.

La cirugía «clásica» hubiera sido cambiarle el segmento de la aorta aneurismática y sustituir la válvula aórtica por una prótesis (Bono Bentall). Además de habría reemplazado la válvula mitral por otra prótesis y se habría asociado un bypass coronario a la arteria enferma.
En nuestro caso la Dra. Sánchez Espín reemplazó la aorta dilatada preservando y reparando la válvula aórtica (Yacoub); además le reparó la válvula mitral mediante una anuloplastia con anillo y le hizo un bypass coronario con injerto de mamaria interna. El corazón estuvo parado 125 minutos, realmente poco para una cirugía de esta complejidad.
El paciente ha evolucionado perfectamente en el postoperatorio y ambas válvulas funcionaban correctamente al alta en el control con ecocardiograma.
Gracias a esta operación, relativamente rutinaria en nuestro grupo, el paciente ha evitado tener dos prótesis, con sus inconvenientes y podrá realizar una vida normal.