El único tratamiento de la insuficiencia aórtica es la cirugía
En 2017 se publicarion las nuevas Guías conjuntas de la Sociedad Europea de Cardiología y de la Sociedad Europea de Cirugía Cardiaca sobre el tratamiento de las valvulopatías.
Las nuevas recomendaciones siguen diciendo lo mismo que las de 2012: El único tratamiento de la insuficiencia aórtica es la cirugía, reparando la válvula aórtica siempre que sea posible.
La cirugía mejora la expectativa de vida de los pacientes y su “calidad de vida”.
Se deben operar todos los pacientes que tengan síntomas y los pacientes que no los tengan pero en los que el corazón esté empezando a “resentirse”. Para determinar esto último se emplean criterios del ecocardiograma que indican que el músculo cardiaco se está debilitando (fracción de eyección del %0% o menos) o que el ventrículo izquierdo se está dilatando (diámetro telediastólico de 70 mm o más o diámetro telesistólico de 50 mm o más).
Los pacientes asintomáticos deberían someterse a una “prueba de esfuerzo” para saber si realmente no tienen síntomas; algunas personas van disminuyendo cada vez más su actividad enmascarando los síntomas.
Los medicamentos se deben usar solamente para mejorar los síntomas en los pacientes que por algún motivo sen inoperables. Nunca deben usarse los fármacos para retrasar la intervención.
También son útiles en pacientes hipertensos o en pacientes operados pero en los que el corazón no funciona correctamente. Los más útiles son los que pertenecen al grupo de los llamados IECAs (captopril, enalapril, lisinopril, etc), los ARA II (losartán, valsartán, telmisartán, etc) y los betabloqueantes (carvedilol, bisoprolol, etc).
Es importante hacer notar que no se ha conseguido probar ningún efecto de estos fármacos ni de ningún otro para retrasar la cirugía.
En los pacientes con síndrome de Marfan, los betabloqueantes y los ARA II pueden enlentecer el crecimiento de la aorta y reducir el riesgo de complicaciones aórticas, por lo que se aconseja su uso antes y después de la operación. En los pacientes con válvula aórtica bicúspide no está demostrado que sean útiles pero también se suelen emplear.
Las mujeres con síndrome de Marfan y con aortas de 45 mm o más se deberían operar si desean quedarse embarazadas por el riesgo de disección de la aorta que se asocia al embarazo y al parto. Entre 40 y 45 se aconseja cirugía en función de la historia familiar de la paciente y la historia de la dilatación de la aorta de la misma. Por debajo de 40 mm es raro que la aorta se diseque pero no hay un diámetro que se pueda considerar seguro”.
A las mujeres con válvula aórtica bicúspide y aneurisma de aorta se les desaconseja el embarazo si tienen aortas de 50 mm o más, aunque no está muy claro cuál es el riesgo de disección; si desean quedarse embarazadas deberían operarse previamente.
A los pacientes con síndrome de Marfan o similares, y a los pacientes que tienen diámetros de aorta cercanos a los rangos quirúrgicos, se les desaconsejan la actividad física extenuante y los deportes isométricos, de contacto o de competición.
Fuente: 2017 ESC/EACTS Guidelines for the management of valvular heart diseaseThe Task Force for the Management of Valvular Heart Disease of the European Society of Cardiology (ESC) and the European Association for Cardio-Thoracic Surgery (EACTS).
Baumgartner H, Falk V, Bax JJ, et al. European Heart Journal.
Doi: 10.1093/eurheartj/ehx391.
Esta es la tabla en la que se resumen las indicaciones de cirugía de la insuficiencia aórtica en las nuevas Guías Europeas de 2017
Clase I: Se aconseja firmemente. Clase IIa: Se aconseja; parece bueno hacerlo